Ella es María José Pérez Sosa, una de las primeras mujeres en subirse a una grúa en Las Palmas de Gran Canaria. Cuando comenzó su trabajo era muy difícil ver un rostro femenino dentro de la construcción e incluso ella misma se llegó a cuestionar qué hacía allí rodeada de hombres.
Al principio tuvo que superar una serie de barreras y prejuicios ya que la trataban como una muñeca de cristal e incluso tuvo que lidiar con actitudes paternalistas. Además cuando iban a contratarla la dijeron que pensaban que era un error ya que no esperaban a ninguna mujer en el trabajo, esto debió ser duro para ella.
Cabe destacar que dentro de este ámbito también encontramos expresiones machistas como: "la mujer no puede hacer esto porque no sabe, no tiene fuerza, no se quiere ensuciar y por todo esto, necesita que venga un hombre a salvarla". Al igual que esta frase podemos destacar muchos otros micromachismos dentro del sector de la construcción ya que esta considerado como un trabajo para hombres.
A pesar de todo esto, hoy en día ella se muestra orgullosa de que la traten como uno más.
En mi opinión pienso que para acabar con este tipo de discriminación deberíamos empezar a enseñar que no hay trabajos de hombres y trabajos de mujeres. Para ello todos tenemos que aportar nuestro granito de arena y tratar de evitar los estereotipos.
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